El cuerpo de la mujer en 2022, sigue siendo carne
La sexualidad femenina es un tema que, en pleno año 2022, sigue siendo incómodo para la sociedad, para el poder, la psicología y, en ocasiones, para la misma mujer.
Nuestra cultura ha relegado el papel de la mujer a un complemento del hombre que no puede o tiene derecho a sentir, expresarse, permitirse ser un humano que siente, lucha y que es parte importante de la sociedad.
El cuerpo desnudo de la mujer es un tabú
Del que no podemos hablar, si no es para fines mercantiles o de satisfacción del hombre. Una mujer desnuda en una pasarela es objeto de miles de fotografías, en una protesta es una aberración e insulto a la sociedad.
La medida la sigue dictando en lo que, al hombre, al poder o al estado beneficia. El reto actual es eliminar este tabú, que el cuerpo femenino sea observado en igual condición, en una pasarela, en una revista, en una conferencia o en una protesta; el reto es que no sea incómodo, porque sigue siendo un cuerpo, es natural y es normal.
¿Quién decide sobre nuestras redes sociales?
La mujer es considerada dentro del marketing y dentro de las marcas como una 'Barbie'. Para hablar de vestidos de banos debemos mostrar mujeres con el cuerpo perfecto, para mostrar maquillaje debemos tener una piel perfecta sin poros abiertos o arrugas. Debemos ser PERFECTAS, obedientes, sumisas y fáciles de consumir; Es triste mostrar que cuando se intenta cambiar esta imagen, simplemente no se vende ya que hasta el dia de hoy vemos y queremos seguir viendo a la mujer perfecta cuando la realidad es que no las hay..
Adicional a eso si publicamos una foto semidesnudas en nuestras redes sociales comparada con una foto casual, tenemos más seguidores, más likes, más comentarios masculinos, somos “putas”, que “no nos damos a respetar”, pero la misma foto es descargada para el morbo masculino, compartida por grupos de chat y posteada en páginas de adultos. Nuestras redes sociales siguen siendo demarcadas por lo que al poder y al estado le parece bien. La misma foto es repudiada a la luz del público y admirada en la oscuridad de la hipocresía.
Pornografía vs Arte
Hoy, asistimos a un debate incómodo, porque para todos, la pornografía son cuerpos desnudos, y el arte es el mismo cuerpo desnudo a veces revestido de unas pocas telas o pinturas. Las acciones son secundarias, pero algo está bien, el arte y algo está mal, la pornografía. ¿Quién decidió eso? ¿Quién decide qué es arte y qué es pornografía? Los mismos que nos dicen cuando una foto es publicable y cuando no, o los mismos que se alarman por una protesta al desnudo y graban una modelo desnuda en otra circunstancia.
Existe cierto feminismo ortodoxo que se muestra al aceptar la pornografía como un medio útil para el avance hacia la igualdad. Siempre se critica en la mayoría de imágenes pornográficas a la mujer representada en una postura de sumisión sexual, como subordinada: pero el sexo no puede negar nuestros deseos aunque representen esquema patriarcales, nuestra sexualidad no siempre debe obedecer a lo que es “políticamente correcto” para nosotras.
¿Por qué es incómodo ver tetas?
En nuestra cultura siempre estaremos influenciados por la sociedad que nos rodea, para algunos las tetas tienen una connotación sexual pero en otras, es considerado como el órgano de producción de leche para alimentar a niños..
Admitámoslo! una mujer descubierta en su pecho, es incómodo, la lactancia en sí misma es un proceso que nunca ha sido reivindicado, debe hacerse en sitios aislados como quien se esconde para consumir una droga. Pero no se diga un calendario de la cerveza de moda, en un periódico de tiraje nacional, en la revista deportiva del fin de semana, donde su éxito de ventas depende del par de tetas ubicadas en las páginas centrales.
El cuerpo mercantilizado, el hombre y la carne
La mujer sigue siendo un objeto, valorado a partir de la talla de su brasier, la edad de su piel y el tamaño de su cintura. La mujer en el 2022, lastimosamente, sigue siendo un pedazo de carne que debe tapar su cuerpo, ocultar sus fantasías sexuales, prohibirse de subir fotos a redes sociales y un sinnúmero de hechos que un hombre hace con total libertad.
Si un hombre se quita la camisa no pasa nada, si lo hace una mujer, el escándalo se desata, sobre todo cuando no lo hace vendiendo su cuerpo, al lente de una cámara o a la alfombra de una pasarela.
Nuestro cuerpo sigue siendo el mismo y, tras muchos siglos, sigue siendo ese el valor de una mujer, su cuerpo. Eliminar los estigmas de la sexualidad femenina son los nuevos desafíos del movimiento feminista, una tarea harto compleja pero que, sin embargo, sigue dando pasos hacia el triunfo y la libertad.